La quiebra o bancarrota es el proceso de declarar a los acreedores que no puedes pagar tus deudas, y que no ves la forma de hacerlo en un futuro próximo. Sin embargo, la decisión de declararse en quiebra es un gran paso y no debe tomarse a la ligera. Algunas personas tendrán alternativas a la quiebra, como la consolidación de la deuda o el inicio de negociaciones con los acreedores. Pero, si no tienes más alternativas que la quiebra, tendrás que seguir los pasos necesarios para que este proceso funcione lo mejor posible para ti. Hay personas capacitadas para manejar estos asuntos, y deberías considerar seriamente consultar a alguien con experiencia en el proceso. En cualquier caso, debes considerar seriamente si es la decisión correcta para ti antes de lanzarte de cabeza al proceso de quiebra.
Lo primero que debes hacer es obtener toda la información que puedas sobre la quiebra. Si eres un particular, en lugar de una empresa, te ocuparás principalmente de la quiebra del capítulo 7 y del capítulo 13.
Las empresas y organizaciones se orientarán hacia otros tipos de quiebra. Es imprescindible conocer los entresijos de las dos opciones de quiebra personal antes de ir mucho más allá. Si la quiebra acaba siendo una alternativa adecuada para ti, tendrás que saber cuáles son tus obligaciones en cada uno de los distintos tipos de opciones de quiebra.
Después de dedicar tiempo a aprender lo que puedas sobre la quiebra, querrás volver a considerar la posibilidad de poder utilizar otras opciones. Tal vez, poder consolidar tus deudas en un solo pago grande podría ser una buena opción para ti, por ejemplo. Esto podría ser una buena opción si simplemente no eres capaz de pagar tus facturas a tiempo cada mes. O tal vez estés abrumado por las deudas de las tarjetas de crédito. Para una persona soltera, reducir su nivel de vida puede ser una buena práctica durante uno o dos años. También puedes sorprenderte si intentas llamar a tus prestamistas y ver si puedes negociar una estructura de pagos. Asegúrate de considerar tu problema desde muchos ángulos para ver si hay una alternativa mejor para ti antes de decidirte por la quiebra.
Si la quiebra sigue pareciendo el camino a seguir para ti, entonces querrás ver si eres elegible. Si tienes muchas deudas, pero pocos ingresos, es posible que no puedas acogerte a la quiebra del capítulo 13. Por el contrario, si tienes buenos ingresos y pocas deudas, entonces puede que no puedas acogerte a la quiebra del capítulo 7.
Y existe la posibilidad de que no puedas acogerte a ninguno de los dos. Si te encuentras en esta situación, puede que hayas pasado por alto una alternativa del paso anterior.
Ten en cuenta todas tus deudas y tus bienes si puedes acogerte a ellos. ¿Estás preparado para la posibilidad de perder una casa o un coche?
¿Y el plan de jubilación? Este tipo de consideraciones difieren de un estado a otro, así que asegúrate de entender cómo funcionará. Es una buena idea empezar a elaborar una lista de todas tus deudas y activos cuando estés en esta fase del proceso. Además, ten en cuenta que algunas deudas, como la manutención de los hijos, no pueden borrarse.
Una vez recopilada toda la información, puedes comenzar el proceso de declaración de quiebra. Es muy recomendable que lo hagas con un abogado o profesional, y que no intentes hacerlo por tu cuenta. El proceso de declaración de quiebra no será adecuado para todas las personas, pero para algunas puede ser una bendición.